Hoy he recibido por correo el último número de National Geographic.
Hace muchos años que colecciono esta revista. Bueno, en realidad no la colecciono, solo estoy suscrito. Cada mes recibo un ejemplar, lo ojeo, leo lo más interesante (siempre hay algún reportaje fascinante), admiro las fotos y luego lo amontono. O lo dejo por ahí, en cualquier sitio. En la mesita del salón, en el cuarto de baño. En el revistero, por supuesto. A veces incluso en la cocina. Sigue leyendo