Todavía no he empezado a escribir, y ya he pasado por la web de Creative Commons en España para enalzar con una licencia.
No es que crea que lo que vaya a escribir tenga ningún valor, o que tenga miedo o me importe que alguien lo copie. De hecho, me encantaría que alguien lo haga; toda copia es un homenaje, dicen. Ya mi me encantan los homenajes. Y si además gana algo de dinero, mejor.
Se trata más bien de dar mi apoyo y de alguna manera participar con lo que me parece una buena idea.
Creo en los derechos de autor. Creo que en su momento representaron un gran avance. Y que son imprescindibles para posibilitar el trabajo de creación intelectual. Creo que la SGAE hizo en su momento un gran trabajo en España, y que Teddy Bautista no es un vampiro sediento de sangre.
Pero también creo que la irrupción de internet ha creado un escenario con unas reglas del juego radicalmente distintas a las que regían en el siglo XX. Creo que hay un gran número de intermediarios en las industrias culturales que, si bien antes cumplían una función, ya no añaden valor a la obra. Más bien se lo restan. Creo que es necesaria una reconversión urgente que nos permita a todos -autores, trabajadores de las industrias culturales y usuarios- beneficiarnos de las enormes posibilidades que la tecnología nos ofrece para conseguir una explosión cultural de dimensiones desconocidas hasta hoy. Y creo que la flexibilidad en las licencias de reproducción es una pieza clave en todo el proceso.
Hasta que no cambie de idea (cosa que puede ocurrir en cualquier momento) todo el contenido de El Principio de Incertidumbre estará bajo licencia de reconocimiento de Creative Commons.
Tal vez cuando haya pasado un tiempo y haya creado algún contenido de interés podré pensar que es mi pequeña contribución. Por el momento no es más que un gesto. El de dar a mis (posibles) visitantes licencia para copiar.