Día 0. Regreso al camino IV: al rico peregrino

«De los productores de títulos como ‘Mondoñedo a Santiago a pinrel’ y ‘Noche toledana en Castrojeriz’, llega ahora el relato de las descacharrantes aventuras del Rico Peregrino y su enemorada por la mítica Tierra de Campos…»

Podría seguir así un buen rato, jeje, en promo cinematográfica. Pero lo cierto es que llego ya bastante tarde. Empezamos a andar el sábado y estamos ya a miércoles sin escribir una línea; me temo que se me ha pasado ya hasta el estreno. Sigue leyendo

Epílogo: vuelta a casa

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Lurdes y Thorsten esperando el autobús bajo el viejo chopo

Como de costumbre, a eso de las cinco de la madrugada los peregrinos comienzan a levantarse y recoger sus cosas para ponerse en camino. Nosotros no cogemos el autobús hasta las ocho, así que remoloneamos un poco antes de levantarnos. Ha sido una noche dura. Estamos contentos por iniciar el regreso a casa.

A eso de las siete dejamos el albergue, y cruzamos de nuevo Castrojeriz por la calle mayor, siguiendo las marcas del camino. Ayer preguntamos a varios lugareños dónde y a qué hora se cogía el autobús para Burgos, con resultados un tanto dispares. Todos estaban de acuerdo en que la hora era las 08:00 am. Casi todos tenían bastante claro que sí, que el sábado había autobús. Pero había quien nos indicaba la marquesina cercana a la gasolinera como el punto de recogida. Sin embargo Juanjo, el hospitalero, nos contó que en la marquesina solo paraba el autobús «algunas veces», mientras que el viejo chopo que crecía en el punto donde la Calle Mayor se cruza con la carretera era un punto seguro de recogida de viajeros. Así que hacia allí vamos. Sigue leyendo

Una nochecita toledana: Hontanas-Castrojeriz

«¿QUIÉN TE PAGA LAS CORTINAS?», levanta la voz el peregrino sonámbulo en la oscuridad de la habitación. Son las tres y pico de una asfixiante madrugada a casi treinta grados. «DIME, ¿QUIÉN TE LAS PAGA, EH?». No puedo más. Me levanto y le toco suavemente en el brazo. Se despierta asustado. Le digo que está hablando en sueños, farfulla unas disculpas y se vuelver a dormir de inmediato. Pronto volverá a su onírica discusión. De vuelta a mi cama, la comezón de las picaduras en brazos y piernas se hace insoportable. Me sumo en un estado febril de duermevela interrumpida cada poco por peregrinos madrugadores. No puedo más… Sigue leyendo