Martes 16 de agosto, día de San Roque, santo caminero que atendía a los apestados por toda ls ruta.
El día ha comenzado temprano, como todos en el cammino… Aunque a decir verdad hoy se nos han pegado un poco las sábanas: no nos hemos puesto en ruta hasta las 7:24. Tras atravessar Pamplona, nos hemos dirigido a Cizur Menor, al tiempo que la ciudad despertaba poco a poco. Pamplona mola, sabe a ciudad de provincias limpia y orgullosa de si misma.
Después de Cizur comienza poco a poco la ascensión, muy tendida, hacia el Alto del Perdón. El paisaje ha cambiado po rcompleto, y ahora discurrimos por pistas entre campos de cereales ay segados. El sol empieza a castigar fuerte y sube la temperatura. Tras el alto, la bajada por una pista de piedras sueltas empieza a hacernos sufrir. Aún quedan 14 km.!
Hoy hemos hecho la etapa prácticamente separados; Lurdes iba algo más lenta y yo me he adelantado un poco más. Esto me ha dado la oportunidad de entablar conversación con varios peregrinos con los que venimos compartiendo camino desde Roncesvalles: Mónica, italiana que ayer llegó a Pamplona con fiebre, y que ya parece que se ha recuperado, o Ole, un niño indio adoptado en Dinamarca, que trabaja a tiempo parcial para Unicef.
Los últimos kilometros han sido especialmente malos debido al sol, hemos llegado a Puentelarreina completamente macerados. Y mańana el tiempo promete más de lo mismo. Intentaremos levantarnos pronto y hacer todo lo que podamos de noche.