Una foto de carnet

Ramón y Gloria el día de su boda
Ramón y Gloria el día de su boda

Una mañana, cuando aún faltaban más de quince años para el día de su muerte, Ramón le dijo a su mujer:

–Mira, Gloria. Esta es la foto que quiero que pongas en mi esquela cuando me muera.

–¿Cuando te mueras? ¡Pero qué chochadas dices! –respondió ella, quitándole la foto de las manos.

En el hospital, ante el cuerpo inerme de su esposo, Gloria recordaba hoy ese momento mientras la enfermera le explicaba que no tenía por qué preocuparse. Que entre el hospital y la funeraria se ocupaban de todo. Que ella sólo tenía que llevarles el DNI y una foto para la esquela. Y se ocuparían de todo.

La foto, una foto de carnet, estaba en casa, sujeta en el marco de un cuadro del salón. Esperando a que hiciera falta. Esperando al día de hoy. Sigue leyendo