El otro día instalé Viber, una aplicación para hablar de iPhone a iPone «gratis» a través de VOiP. Lo señalo entre comillas porque en realidad hablas utilizando la tarifa de datos, que tu buen dinero te cuesta. La aplicación me gustó. Es fácil de instalar y no hay que abrirse una cuenta ni introducir nombre de usuario, ni todas esas zarandajas que suele haber que hacer en este tipo de aplicaciones. Introduces un número que te envían por sms y ya está. En la libreta de direcciones aparecen automáticamente señalados los contactos que tienen Viber, con quienes ya puedes hacer llamadas sin coste. Si alguien te llama tu teléfono suena aunque no tengas abierta la aplicación. La calidad de sonido es buena. Todo perfecto… ¿o no?
Hoy me he encontrado un artículo en Iphoneros.com, un blog para fans del teléfono de Apple, que por un momento me ha puesto de punta los pelos de las cejas (en la cabeza ya no me quedan): «Por qué no debemos usar Viber«. En un tono un tanto agrio afirman que Viber no es trigo limpio. Que en la letra pequeña del contrato de usuario, ese que nadie se lee, les autorizamos a que se guarden una copia de nuestra agenda para lo que quieran. Y que los desarrolladores ya la liaron parda con otra aplicación que introducía un programa espía para recopilar datos. Xataka, la bitácora tecnológica de Weblogs S.L. también dice más o menos lo mismo, pero en un tono algo menos agresivo.
Entonces, ¿debo preocuparme? ¿Debería desinstalar rápidamente Viber y resignarme a usar Skype o pagar religiosamente las llamadas como hasta ahora?
Que no cunda el pánico, vamos a analizarlo.
Si los únicos datos a los que accede Viber son los teléfonos de mi agenda y las llamadas que hago, puede que el asunto no sea tan grave. Otra cosa sería que graben las llamadas, o que Viber acceda a mis contraseñas. O a mis números de cuenta. Si lo que hacen es comerciar con mi agenda para obtener el beneficio que les permita desarrollar y rentabilizar su aplicación puede que no me parezca mal. Pero deberían decirlo bien claro, para que podamos decidir si nos interesa el canje o no.
No tengo ni idea de lo que puede valer mi agenda de teléfonos. Pero no quiero que ande por ahí en manos de cualquiera. Estaría dispuesto a pagar un importe razonable para poder usar una aplicación como Viber a cambio de que no utilicen mis datos sin mi consentimiento. Ahora ya me he mosqueado, creo que voy a borrar la aplicación, y a bajarme el contrato y leérmelo de cabo a rabo. Y ya que estamos, voy a empezar a poner en práctica la máxima esa tan conspiranóica de «lo que no quieres que se sepa no lo digas, no lo escribas».
Y a vosotros/as ¿qué os parece? ¿Alguien tiene experiencias con Viber o con otros programas de VOiP?